El método ROPA: FIV para dos mujeres
Método ROPA que es?
El método ROPA (Recepción de Ovocitos de PArtner) es una moderna tecnología reproductiva que permite que dos mujeres con una relación del mismo sexo participen en un embarazo. Este método les permite compartir la alegría de dar a luz a un niño entre ellas, ya que cada mujer quiere convertirse en una verdadera madre para su hijo. En este caso, una mujer llevará el bebé y la otra será la madre a nivel genético.
Indicaciones de uso
El método ROPA es la más utilizada por las parejas femeninas en las que dos mujeres quieren participar activamente en el embarazo.
Pero a veces, la indicación de la doble maternidad puede ser también por razones médicas.
Por ejemplo, si un miembro de la pareja tiene:
- Mala calidad de los óvulos, que es común en las mujeres después de los 35 años. Y según las investigaciones modernas, podemos decir que a veces se produce un «envejecimiento» incluso más temprano de los óvulos
- Falta o ausencia total de ovocitos en el organismo, más conocida como «menopausia precoz» / «fallo ovárico precoz»
- Ausencia o anomalía de los ovarios, que puede estar presente en la niña desde la infancia o convertirse en un defecto adquirido durante la edad adulta (por ejemplo, cirugía de extirpación de los ovarios debido a un cáncer)
- Anomalías y anomalías de las trompas de Falopio
- Ciclo menstrual irregular, que no puede ser corregido médicamente
- Endometriosis u otras anomalías endometriales
- Antecedentes familiares de anomalías hereditarias que pueden transmitirse al niño
- Anomalías a nivel cromosómico o genético
- En el pasado se utilizaron otras técnicas de reproducción para la fecundación in vitro, pero no tuvieron éxito
¿Cómo funciona el procedimiento?
Como ya se ha mencionado, el método ROPA permite que una mujer aporte su material genético y que la otra sea la portadora del bebé. Hay varios pasos que deben seguirse para obtener un resultado satisfactorio.
Paso 1: Estimulación ovárica
Con la ROPA, la mujer que ha descubierto su deseo de aportar sus propios ovocitos debe someterse a una estimulación ovárica. Es importante entender que la estimulación no sólo debe seguir los protocolos, sino que debe elegirse de forma individual para cada mujer, teniendo en cuenta sus condiciones corporales específicas. Sólo en este caso habrá un número suficiente de embriones y, por tanto, una alta probabilidad de concebir un hijo con éxito.
El proceso dura una media de 10 a 20 días. Durante este tiempo, nuestros especialistas en reproducción controlan el crecimiento del folículo con un ecógrafo, necesario para evaluar la respuesta del organismo en tiempo real. Una vez que los folículos tienen el tamaño adecuado, la mujer se somete a una punción folicular, que acerca la futura concepción de un hijo.
Paso 2: Punción y aspiración folicular
Una vez que el médico haya determinado que existe un folículo maduro de tamaño suficiente, la paciente recibirá una inyección que acelerará el proceso de maduración de los ovocitos. El siguiente paso es realizar una punción y luego aspirar el líquido folicular bajo la supervisión de un ecógrafo. Debido a que el procedimiento no es muy agradable y es un poco doloroso, se recomienda administrar al paciente una anestesia intravenosa de corta duración.
Paso 3: Fecundación de los óvulos para el crecimiento del embrión
Una de las fases más importantes es la fecundación de los óvulos, que se realiza mediante el método ROPA bajo la supervisión de un equipo de embriólogos, especialistas en fertilidad y ginecólogos.
Los embriólogos supervisan el cultivo de los embriones cada día en un laboratorio especial, controlando muchos parámetros importantes.
Es importante notar incluso las más pequeñas anormalidades en esta etapa. Recientemente, se ha empezado a utilizar una nueva y moderna tecnología para este fin, que ayuda a controlar los embriones en tiempo real con un software de videovigilancia. El cultivo se supervisa con el objetivo de seleccionar en el futuro los embriones que tienen un alto potencial de implantación. Los embriólogos controlan los embriones hasta que se transfieren al útero.
Paso 4: Transferencia de los embriones a la cavidad uterina
La transferencia de embriones al útero es una de las etapas más emotivas del tratamiento de fecundación in vitro con método ROPA que recordaremos toda la vida.
Sin embargo, antes de la transferencia, hay que preparar el endometrio para la implantación, lo que se hace mediante una terapia hormonal para aumentar las posibilidades de éxito de la implantación. Cuando el médico haya llegado a la conclusión de que el endometrio está preparado, se transferirá el embrión a la cavidad uterina.
El procedimiento es bastante rápido y no es doloroso. El médico utiliza un fino catéter que se introduce a través del cuello uterino para colocar el embrión con mayor probabilidad de implantación en la cavidad uterina. Algunas clínicas utilizan la práctica habitual de transferir varios embriones, la mayoría de las veces dos. Sin embargo, las investigaciones han demostrado que es mejor transferir un solo embrión, que será el más viable y el más investigado por las múltiples tecnologías.
Después, llega el tan ansiado paso que la pareja ha estado esperando: la confirmación del embarazo. La prueba se realiza el día 9-11.
Paso 5: Vitrificación de los embriones
A menudo ocurre que durante el procedimiento de FIV se observan varios embriones viables que pueden utilizarse para la transferencia. Se seleccionan uno o dos para el procedimiento. Los embriones de calidad restantes se guardan para posibles procedimientos futuros a fin de evitar la estimulación repetida y la punción ovárica. El proceso de conservación puede realizarse mediante la vitrificación. En otras palabras, la vitrificación es la conservación de embriones para preservar el mayor número posible de embriones viables. Otra ventaja de este método es que es extremadamente rápido (hasta 20.000 grados/seg).
El material que ha sucumbido a la vitrificación se convierte en vidrio. Sin embargo, no hay que preocuparse de que la cristalización pueda dañar al embrión, ya que no se forman partículas de hielo durante la vitrificación. Los estudios han demostrado que la tasa de supervivencia de los embriones tras este procedimiento se sitúa en torno al 90-98%.